La crisis civilizatoria bajo la burbuja financiera: reexaminar la situación económica actual
Estamos al final de un ciclo de financiarización. El mercado presenta fluctuaciones asombrosas, con algunas criptomonedas que multiplican su valor por diez en solo un mes, pero que también pueden caer un 20% en un solo día. Esta fenómeno parece ser una burbuja, pero en realidad refleja problemas más profundos: exceso de liquidez, distorsiones del mercado y un sistema civilizatorio que se está colapsando gradualmente en medio de contradicciones internas.
El índice S&P 500 ha alcanzado nuevos máximos históricos, lo que ha provocado una gran alegría. Sin embargo, si damos un paso atrás y observamos, nos daremos cuenta de que este llamado "máximo histórico" es solo un producto de la ilusión de liquidez, resultado de una moneda que carece de apoyo sustancial y que está completamente impulsada por la inflación. Ajustado por inflación, desde principios del siglo XXI, el índice S&P en realidad no ha progresado en absoluto. Esto no es un verdadero "crecimiento", sino simplemente una proyección de la expansión de la oferta monetaria.
El ajuste de las tasas de interés ya no puede resolver los problemas estructurales que enfrentamos actualmente. Ahora, hay tres factores clave que merecen atención:
1. La lenta descomposición del sistema de deuda
El orden monetario moderno ha llegado a su fin. Se basa en una expansión continua de la deuda y hoy enfrenta contradicciones internas irreconciliables. Las estrategias del pasado, como los estímulos, los planes de rescate y los cambios de políticas, se basaban en una ilusión clave: cuanto más deuda, mayor es el nivel de prosperidad.
Sin embargo, esta ilusión se está desmoronando. El crecimiento de la productividad se ha estancado, y los cambios en la estructura poblacional van en contra de este sistema. La base de la población en edad laboral está disminuyendo, la tasa de dependencia está aumentando, y el consumo depende cada vez más del crédito en lugar de los ingresos. Esta máquina económica se está envejeciendo y ha perdido su capacidad de autoconstrucción.
La crisis financiera de 2008 debería haber desmentido este mito, pero no lo logró. En cambio, la pandemia de COVID-19 lo hizo, ya que trajo consigo un costo moral. La respuesta de muchos gobiernos indica que el derecho a la supervivencia no es igual para todos. Esto ha llevado a una decadencia de la legitimidad institucional. Las instituciones actuales parecen depender más de la vigilancia, subsidios y manipulación de la opinión pública para mantener una apariencia brillante.
2. La tendencia de la cerradura de la tecnología inteligente
La discusión sobre la inteligencia artificial general (AGI) todavía se encuentra en una fase de ingenuo optimismo. La mayoría de la gente sigue creyendo que la IA se popularizará como Excel o los servicios en la nube, convirtiéndose en una herramienta de productividad que generará ganancias a través de un modelo de suscripción.
Esta idea es demasiado idealista. Si las máquinas obtienen la capacidad de auto-mejorarse, simular sistemas complejos y diseñar nuevas armas, es muy probable que no se conviertan en tecnología de código abierto. Al igual que la tecnología nuclear y la tecnología de edición genética, cada tecnología poderosa eventualmente se convierte en una herramienta de control estatal, y la superinteligencia no es una excepción.
El público puede que solo tenga acceso a fragmentos de IA estrictamente limitados, mientras que el verdadero sistema estará oculto, restringido y entrenado para servir a objetivos estratégicos específicos.
3. El tiempo se convierte en nueva moneda
Con los avances de la inteligencia artificial en el campo de la decodificación genómica y la biología sintética, estamos entrando en una era en la que la prolongación de la vida se convierte en una ventaja tecnológica. Sin embargo, no será una revolución de salud pública inclusiva. Las verdaderas tecnologías de prolongación de la vida, mejora cognitiva y optimización embrionaria pueden ser extremadamente costosas, estar sujetas a estrictas regulaciones y ser políticamente controvertidas.
Los gobiernos de todo el mundo ya están abrumados por el envejecimiento de la población y es poco probable que fomenten la longevidad universal. Por lo tanto, los ricos no solo se volverán más ricos, sino que también podrían ser biológicamente diferentes. La capacidad de cambiar el plano genético humano creará una nueva clase económica: aquellos que podrán liberarse de la curva de muerte convencional a través de la biotecnología.
Un futuro así es difícil de promover a gran escala, y es un camino de privilegio. La longevidad puede convertirse en el lujo definitivo, solo al servicio de unos pocos.
Tres trayectorias de la sociedad futura
La sociedad actual se está dividiendo en diferentes trayectorias de desarrollo, cada una con su propio modelo político y económico único:
Anestesiar a las masas: A través de contenido generado por IA, redes sociales, entretenimiento virtual y otros medios, hacer que la mayoría de las personas se sumerjan en estímulos baratos, volviéndose políticamente irrelevantes.
Élites cognitivas: un pequeño grupo de personas que han sido mejoradas biológica e intelectualmente. Buscan el control sobre la biología y la muerte, en lugar de simplemente obtener beneficios económicos.
Nueva "Amish": elige salir de la tecnología convencional, busca significado fuera de las máquinas e intenta preservar la experiencia auténtica humana. Espiritualmente puede ser rico, pero estratégicamente puede ser difícil de sostener.
La primera clase de personas proporciona apoyo financiero a la segunda clase, mientras que la tercera clase intenta resistir a las dos anteriores. La mayoría de las personas pueden dejarse llevar por la corriente y sobrevivir apenas, sin saber que se han convertido en productos del sistema en lugar de participantes.
Conclusión
En esta era llena de incertidumbres, el verdadero desafío no está en cómo "vencer al mercado", sino en cómo prepararse para situaciones asimétricas en un sistema que ya no sirve a los participantes comunes. La clave radica en cultivar un pensamiento sistémico, en lugar de centrarse únicamente en las tendencias de precios.
La mayoría de las personas probablemente no se darán cuenta de estos cambios hasta que sea demasiado tarde. Porque pasar la vida en la ignorancia es más cómodo que enfrentar la cruel realidad. Sin embargo, para aquellos que pueden prever el futuro, elegir salir de la corriente principal ya no es una opción neutral, sino una resistencia necesaria.
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ser_we_are_early
· hace23h
Otra vez el juego de cartas, todo está arruinado.
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ForkTongue
· hace23h
Otra vez esta trampa antigua~
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RugPullAlarm
· hace23h
Mira la DIRECCIÓN de los Grandes inversores y sabrás cuán falsa es esta burbuja... La semana pasada vendí casi el 90%, me fui, me fui.
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FUD_Whisperer
· hace23h
Otra trampa alcista más.
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rugged_again
· hace23h
¿Con este mal mercado todavía se atreve a hablar de colapso?
Burbuja financiera y crisis de civilización: análisis de las tres grandes preocupaciones detrás de los actuales desórdenes económicos
La crisis civilizatoria bajo la burbuja financiera: reexaminar la situación económica actual
Estamos al final de un ciclo de financiarización. El mercado presenta fluctuaciones asombrosas, con algunas criptomonedas que multiplican su valor por diez en solo un mes, pero que también pueden caer un 20% en un solo día. Esta fenómeno parece ser una burbuja, pero en realidad refleja problemas más profundos: exceso de liquidez, distorsiones del mercado y un sistema civilizatorio que se está colapsando gradualmente en medio de contradicciones internas.
El índice S&P 500 ha alcanzado nuevos máximos históricos, lo que ha provocado una gran alegría. Sin embargo, si damos un paso atrás y observamos, nos daremos cuenta de que este llamado "máximo histórico" es solo un producto de la ilusión de liquidez, resultado de una moneda que carece de apoyo sustancial y que está completamente impulsada por la inflación. Ajustado por inflación, desde principios del siglo XXI, el índice S&P en realidad no ha progresado en absoluto. Esto no es un verdadero "crecimiento", sino simplemente una proyección de la expansión de la oferta monetaria.
El ajuste de las tasas de interés ya no puede resolver los problemas estructurales que enfrentamos actualmente. Ahora, hay tres factores clave que merecen atención:
1. La lenta descomposición del sistema de deuda
El orden monetario moderno ha llegado a su fin. Se basa en una expansión continua de la deuda y hoy enfrenta contradicciones internas irreconciliables. Las estrategias del pasado, como los estímulos, los planes de rescate y los cambios de políticas, se basaban en una ilusión clave: cuanto más deuda, mayor es el nivel de prosperidad.
Sin embargo, esta ilusión se está desmoronando. El crecimiento de la productividad se ha estancado, y los cambios en la estructura poblacional van en contra de este sistema. La base de la población en edad laboral está disminuyendo, la tasa de dependencia está aumentando, y el consumo depende cada vez más del crédito en lugar de los ingresos. Esta máquina económica se está envejeciendo y ha perdido su capacidad de autoconstrucción.
La crisis financiera de 2008 debería haber desmentido este mito, pero no lo logró. En cambio, la pandemia de COVID-19 lo hizo, ya que trajo consigo un costo moral. La respuesta de muchos gobiernos indica que el derecho a la supervivencia no es igual para todos. Esto ha llevado a una decadencia de la legitimidad institucional. Las instituciones actuales parecen depender más de la vigilancia, subsidios y manipulación de la opinión pública para mantener una apariencia brillante.
2. La tendencia de la cerradura de la tecnología inteligente
La discusión sobre la inteligencia artificial general (AGI) todavía se encuentra en una fase de ingenuo optimismo. La mayoría de la gente sigue creyendo que la IA se popularizará como Excel o los servicios en la nube, convirtiéndose en una herramienta de productividad que generará ganancias a través de un modelo de suscripción.
Esta idea es demasiado idealista. Si las máquinas obtienen la capacidad de auto-mejorarse, simular sistemas complejos y diseñar nuevas armas, es muy probable que no se conviertan en tecnología de código abierto. Al igual que la tecnología nuclear y la tecnología de edición genética, cada tecnología poderosa eventualmente se convierte en una herramienta de control estatal, y la superinteligencia no es una excepción.
El público puede que solo tenga acceso a fragmentos de IA estrictamente limitados, mientras que el verdadero sistema estará oculto, restringido y entrenado para servir a objetivos estratégicos específicos.
3. El tiempo se convierte en nueva moneda
Con los avances de la inteligencia artificial en el campo de la decodificación genómica y la biología sintética, estamos entrando en una era en la que la prolongación de la vida se convierte en una ventaja tecnológica. Sin embargo, no será una revolución de salud pública inclusiva. Las verdaderas tecnologías de prolongación de la vida, mejora cognitiva y optimización embrionaria pueden ser extremadamente costosas, estar sujetas a estrictas regulaciones y ser políticamente controvertidas.
Los gobiernos de todo el mundo ya están abrumados por el envejecimiento de la población y es poco probable que fomenten la longevidad universal. Por lo tanto, los ricos no solo se volverán más ricos, sino que también podrían ser biológicamente diferentes. La capacidad de cambiar el plano genético humano creará una nueva clase económica: aquellos que podrán liberarse de la curva de muerte convencional a través de la biotecnología.
Un futuro así es difícil de promover a gran escala, y es un camino de privilegio. La longevidad puede convertirse en el lujo definitivo, solo al servicio de unos pocos.
Tres trayectorias de la sociedad futura
La sociedad actual se está dividiendo en diferentes trayectorias de desarrollo, cada una con su propio modelo político y económico único:
Anestesiar a las masas: A través de contenido generado por IA, redes sociales, entretenimiento virtual y otros medios, hacer que la mayoría de las personas se sumerjan en estímulos baratos, volviéndose políticamente irrelevantes.
Élites cognitivas: un pequeño grupo de personas que han sido mejoradas biológica e intelectualmente. Buscan el control sobre la biología y la muerte, en lugar de simplemente obtener beneficios económicos.
Nueva "Amish": elige salir de la tecnología convencional, busca significado fuera de las máquinas e intenta preservar la experiencia auténtica humana. Espiritualmente puede ser rico, pero estratégicamente puede ser difícil de sostener.
La primera clase de personas proporciona apoyo financiero a la segunda clase, mientras que la tercera clase intenta resistir a las dos anteriores. La mayoría de las personas pueden dejarse llevar por la corriente y sobrevivir apenas, sin saber que se han convertido en productos del sistema en lugar de participantes.
Conclusión
En esta era llena de incertidumbres, el verdadero desafío no está en cómo "vencer al mercado", sino en cómo prepararse para situaciones asimétricas en un sistema que ya no sirve a los participantes comunes. La clave radica en cultivar un pensamiento sistémico, en lugar de centrarse únicamente en las tendencias de precios.
La mayoría de las personas probablemente no se darán cuenta de estos cambios hasta que sea demasiado tarde. Porque pasar la vida en la ignorancia es más cómodo que enfrentar la cruel realidad. Sin embargo, para aquellos que pueden prever el futuro, elegir salir de la corriente principal ya no es una opción neutral, sino una resistencia necesaria.